Hasta hace solo unos meses, Julien Howard (más conocido como Velo Barber), encarnaba el ritmo frenético de la ciudad de Nueva York. Barbero de profesión, Julien se pasaba el día entero yendo de una punta a otra de la ciudad, de cita en cita, proporcionando un servicio único y muy práctico para sus clientes. Del mismo modo que a otros profesionales de los cuidados personales, el COVID-19 obligó a este rápido peluquero a bajar el ritmo y a apreciar las cosas pequeñas de la vida.
“Nueva York siempre ha sido más manejable en bicicleta”, afirma Julien. “Pero esta vez aún se ha notado más, y me ha dado la oportunidad de tomarme un tiempo para pensar en mi negocio y mi aportación, a descansar y a decidir cómo aplicar mi creatividad de formas diferentes.”
Aunque Nueva York puede parecer el sitio perfecto para un peluquero freelance, los desplazamientos urbanos rápidamente se convirtieron en una pesadilla. El transporte público era demasiado lento para llegar a todas las citas de sus clientes en un solo día, y conducir aún era más lento.
Así que Julien se pasó a la bicicleta, que se convirtió en su seña de identidad. Tanto es así, que si no llegaba pedaleando a las casas de sus clientes, directamente le preguntaban si le pasaba algo. Julien empezó a ser conocido como el barbero sobre ruedas, y de ahí nació el nombre de Velo Barber.
La libertad de su trabajo le ha dado la oportunidad de conocer clientes con vidas muy dispares. Desde atletas y emprendedores, a artistas tatuadores, camareros y directivos; cada uno con una historia única, y Julien destaca que cada cita es una oportunidad para aprender algo nuevo.
“No sé si podría hacer esto en cualquier otra parte. No hay ninguna ciudad como NYC”.
Pero, ¿qué haces cuando la ciudad que nunca duerme se detiene sin más? Bueno, si ofreces un servicio con una alta demanda de una forma conveniente, acabas siendo creativo. Un corte rápido en Times Square hubiera sido impensable antes de que estuviera vacía de gente. Además, cuando miles de coches desaparecieron de las calles y la gente huyó del transporte público, resultó que el Velo Barber ya utilizaba el modo de transporte preferente.
“Siempre he creído en la calidad por encima de la cantidad”, afirma Julien. “Tener una carga de trabajo un poco más baja durante un tiempo no me preocupa. A medida que mi agenda se vuelve a llenar, y vuelvo a cortar, quiero estar seguro de que proporciono una experiencia única y añado valor a cada cliente”.
A medida que el mundo levanta la persiana, y la percepción de seguridad en negocios como el de Julien aumenta, espera seguir encontrando maneras creativas de conectar con los demás de forma segura. Y aunque los cortes de pelo en pleno Times Square desierto no son frecuentes, Julien te atenderá estés donde estés.
Si quieres seguir a gente inspiradora como Julien puedes hacerlo en su perfil de Instagram @TheVeloBarber, y si tienes pensado viajar por NYC, no dejes de pedir una cita para un corte de pelo radical en thevelobarber.com/faq.
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