Preparar a un equipo para el Tour de Francia supone un esfuerzo enorme; no se trata únicamente de reunir a ocho ciclistas con ocho bicicletas en la línea de salida. Las bicicletas son máquinas de ingeniería complejas que requieren ajustes muy específicos y un mantenimiento constante. Puede que los cuerpos de los ciclistas sean aún más complicados, ya que cada uno precisa una nutrición y una recuperación específicos. Dar apoyo a un equipo durante más de tres semanas en Francia requiere coordinar el trabajo de docenas de personas en todo el mundo.

El director técnico del Trek-Segafredo, Matt Shriver, comienza a preparar el próximo Tour de Francia casi cuando acaba el anterior. En agosto hace el pedido de los componentes y las tallas de bicis que cree que el equipo necesitará el año siguiente. Tiene que adivinar cual será la alineación. Si acierta, puede llegar a acertar cinco de los ocho corredores.

“Creo que es algo de lo que la gente probablemente no se da cuenta, especialmente cuando estás haciendo algo especial o a medida: hay que planearlo con mucho tiempo de antelación”, afirma Shriver. “Y necesitas la aprobación de los patrocinadores, porque habitualmente se trata de una colaboración. También tienen que ver lo que hacemos y aprobarlo”.

Los corredores necesitan un montón de componentes para correr 21 etapas en 23 días. Se necesitan muchos repuestos para combatir el desgaste (o esa caída o caídas inevitables) que supone tanta competición durante un periodo de tiempo tan corto. Esta es una estimación de lo que el equipo llevará.

Y esto es lo que va en la bicicleta (lo demás lo trataremos en la segunda y tercera entregas de esta serie). Y todo ello completamente nuevo, para que los ciclistas estén seguros de que sus componentes están perfectos.

Según Shriver, las semanas anteriores al Tour son relativamente tranquilas. El grueso de la preparación para el Tour se aborda durante los meses anteriores. Durante ese espacio de tiempo, el Trek-Segafredo trabaja codo a codo con socios como Pirelli, para probar y perfeccionar los componentes según sus necesidades.

“Trabajar con un equipo WorldTour como el Trek-Segafredo exige mucho trabajo entre bambalinas”, nos dice Davide Valsecchi, director de marketing digital y deportivo de ciclismo de Pirelli. “Todo empieza con las actividades de pruebas, que seguirán durante toda la temporada, y que definen el material que Pirelli deberá proporcionar a ciclistas y mecánicos. … En general, durante los training camps de invierno y las primeras carreras por etapas de la temporada probamos nuevas soluciones de cara al comienzo de las Grandes Vueltas en mayo.”

El circuito que el Trek-Segafredo tiene cerca de Ghent, Bélgica, es donde se realizan todas las concentraciones de equipo previas a las competiciones (incluso las del Trek Factory Racing). SRAM proporciona los componentes ciclistas en noviembre, antes del training camp de diciembre, para que el equipo tenga a su disposición cualquier pieza que necesite. Después, SRAM hará una segunda entrega de componentes durante la temporada, antes del Tour, para que el Trek-Segafredo tenga los últimos productos, los más actuales.

Habitualmente estas piezas se desarrollan siguiendo el feedback del equipo.

“También probamos prototipos de productos con el equipo fuera de las competiciones, cuando vamos a un circuito o a un terreno específico donde se puedan probar los productos que se están desarrollando”, explica Jason Phillips, director de SRAM Racing. “Hemos desarrollado muchos componentes con ayuda del feedback del Trek-Segafredo.

Otros patrocinadores, como Wahoo o Bontrager, también aprovechan la oportunidad de interacción con los ciclistas del Trek-Segafredo para mejorar sus productos. Como Bontrager es una marca Trek, tiene un canal de comunicación exclusivo con el equipo que les permite hacer prototipos de equipamiento, como cascos o zapatillas, durante las carreras de pretemporada, y que quizás se utilizarán en su forma definitiva durante el Tour (para, más adelante, pasar a estar disponibles para el consumidor final). Esa estrecha relación también significa que el equipo rara vez tiene problemas de abastecimiento.

“Tenemos la suerte de disponer de un equipo de competición WorldTour durante tantos años, y somos afortunados porque conocemos las necesidades de carreras prestigiosas como el Tour de Francia, con el asesoramiento de la Race Shop de Trek”, afirma Sam Foos, manager de marketing de Bontrager. “Como estamos tan integrados, podemos compartir los datos de los tests y el conocimiento sobre equipamiento que proporcionamos a los ciclistas. Esto les permite escoger las ruedas, cascos y zapatillas que mejor se ajusten a sus necesidades. El hecho de poder concentrarnos en hacer a los ciclistas más rápidos es un factor añadido, hacerlo con todo lo que lleve “Bontrager” impreso, y no solo hacerlo con los cuadros.

“Forma parte de un sistema, y podemos desarrollarlo así”.

Wahoo también está orgulloso de su comunicación. La compañía ofrece al Trek-Segafredo dos entregas: La primera, durante la pretemporada, para que el equipo pueda empezar a competir, y la segunda completa el resto de necesidades del equipo durante la temporada. Además, Wahoo ha designado una persona que hace de enlace con el equipo quien supervisa que los entrenadores y mecánicos tienen una buena formación sobre sus ciclocomputadores, para que puedan ayudar a los ciclistas cuando lo necesiten.

El personal de Wahoo también suele estar en las carreras para asistir al equipo y solventar problemas de última hora.

“(Nuestra persona de enlace) siempre lleva varios repuestos durante esas visitas, para que el equipo nunca tenga que esperar más de una hora para recibir un producto durante una carrera: ¡Se trata de un servicio bastante exclusivo!” comenta Louis Quinton, director de marketing de Europa de Wahoo. “También está disponible día y noche durante todo el año, para contestar personalmente preguntas del equipo, los ciclistas y los entrenadores.”

El Trek-Segafredo habitualmente lleva un montón de recambios al Tour de France, pero a veces surgen problemas inesperados (los más frecuentes son las grandes caídas) que exigen que los patrocinadores hagan entregas de última hora entre etapas. En esos casos, las relaciones de tantos años y la experiencia en competición marcan la diferencia de cara al rendimiento.

“En esas situaciones (nuestro proceso de preparación) es bastante autónomo. Gracias a tantos años de experiencia y al conocimiento sobre la organización del Tour, sabemos lo que podemos esperar. Sabemos cómo funciona”, afirma Shriver. “Así que, desde ese punto de vista, (la preparación para el Tour) es bastante sencilla. Se trata de la carrera más grande y más importante del año, sin duda, pero no deja de ser una carrera más, y nosotros simplemente la llevamos a otro nivel.”