Tres ciclistas del equipo Trek-Segafredo acabaron en el top ten de la primera edición de la París-Roubaix femenina. Sin embargo, esta carrera tenía un significado que iba mucho más allá de los resultados.

Durante sus 125 años de trayectoria, esta prueba reina del calendario de las Clásicas ha creado una tradición legendaria. Desde la década de los 40 del siglo pasado, la París-Roubaix siempre termina con una vuelta al velódromo de Roubaix. Los ganadores reciben a modo de trofeo un adoquín extraído del recorrido. Y, después de la carrera, los corredores se quitan el barro y la suciedad en las emblemáticas duchas de hormigón adornadas con placas de latón que conmemoran a los vencedores de las anteriores ediciones.

Sin embargo, hasta el año 2021, a la tradicional París-Roubaix siempre le faltó algo: las mujeres.

Never Look Back es un retrato íntimo del día en que un pelotón de corredoras profesionales pedaleó por primera vez en la París-Roubaix. Disfruta viendo este vídeo que describe un momento histórico a través de los ojos de las mujeres que escribieron un capítulo inédito en «el infierno del Norte».