La futura promesa es Shirin van Anrooij. La joven de 20 años, líder de la categoría juvenil de la UCI Women’s WorldTour, acaba de ganar el maillot blanco como mejor ciclista joven de la primera edición del Tour de Francia Femenino, un hecho memorable que quedará reflejado en los libros de historia del ciclismo femenino.

Shirin conquistó el maillot blanco por primera vez en la 7º etapa de montaña, tras pasar por tres ciclistas diferentes desde el inicio del Tour, y tuvo que aguantar una última etapa con ascensos muy duros para conservarlo. Cruzó la línea de meta de la rampa de La Super Planche des Belles Filles en el 22º puesto, a 5:41 de ventaja de la segunda clasificada de la categoría juvenil.

«Hoy ha sido un día muy duro, y mis piernas no estaban muy bien. Simplemente he tratado de sobrevivir hasta la cima. En realidad, hoy solo buscaba enfundarme el maillot blanco, y al final, lo he conseguido, así que estoy muy contenta. Es mi primera carrera larga por etapas y ha sido muy dura. Realmente he intentado estar ahí para el equipo, y ha sido increíble correr juntas para ayudar a Elisa (Longo Borghini). He podido conquistar el maillot blanco y he aprendido mucho. También he aprendido a sufrir más que nunca, creo que solo puedo crecer después de esta experiencia en el Tour.»

El Trek-Segafredo desembarcó en el Tour apuntando alto con grandes ambiciones en la clasificación general y en busca de, al menos, una victoria de etapa.

Desafortunadamente, Elisa Balsamo tuvo que enfrentarse a la mejor velocista del mundo, Lorena Wiebes, y a una leyenda del ciclismo, Marianne Vos. Finalmente terminó segunda en la etapa, un resultado muy bueno cuando tienes frente a ti a rivales tan fuertes.

La otra Elisa del equipo – Elisa Longo Borghini – atacó para hacerse hueco en la clasificación general, tratando de ganar tiempo antes de las etapas de montaña, y animó la 7º etapa haciendo un esfuerzo titánico en solitario para intentar subir al podio final. No logró dicho objetivo, pero quedó 7º en la clasificación general. En la 8º etapa, Elisa apretó los dientes en los duros puertos de La Super Planche des Belles Filles y tuvo fuerzas, tras el desgaste del día anterior, para mantenerse junto a las escaladoras. Cruzó la línea de meta en sexta posición.

Elisa luchó con todas sus fuerzas durante ocho días, pasando a la ofensiva y mostrando perseverancia contra el agotador ritmo de las escaladoras puras para conquistar el sexto puesto en la general.

Pero lo más importante de todo es que el equipo corrió el Tour de Francia. En definitiva, la edición inaugural, con el esperado regreso del ciclismo femenino tras un paréntesis de 33 años, se convirtió en ocho días increíbles que dejarán una huella imborrable.

¡Volveremos el próximo año para vivir nuevas aventuras!