Mads Pedersen terminó segundo, después de Mathieu van der Poel en el Campeonato Mundial Junior de 2013. Y el viernes, seis años después, en el Campeonato Mundial de 2019 que se disputó en Harrogate, Yorkshire, ambos volvieron a encontrarse para competir por otro título mundial, pero en circunstancias muy diferentes.
Toda la atención antes de la carrera elite masculina estaba puesta en el favorito van der Poel. ¿Y Pedersen? No era ni siquiera el favorito por Dinamarca, ya que este país estuvo representado por ciclistas con más experiencia y condecoraciones como Michael Valgren y Jakob Fuglsang.
Pero fue van der Poel quien tuvo problemas justo cuando quedaban poco más de 12 kilómetros, y Mads Pedersen, considerado muy lejos del podio, fue quien obtuvo el logro más importante de su vida: ganar el Campeonato del Mundo con solo 23 años en una carrera épica, bajo la lluvia, en Yorkshire, donde solo sobrevivieron los más fuertes.
“Es increíble. No esperaba esto cuando salimos esta mañana. Fue un día increíble”, dijo Pedersen, sin palabras por la hazaña que acababa de lograr.
En un sprint de 3 por las codiciadas franjas arcoíris, no estaba siquiera cerca. Al final de un recorrido terrible, frío y húmedo, de 262 kilómetros, Pedersen demostró que era el más fuerte.
Cuando parecía que la separación que se había dado en las vueltas finales iba a permanecer, todos creyeron que van der Poel se iba a quedar con la carrera. Y cuando el neerlandés de repente quedó afuera, todos apuntaron al italiano Matteo Trentin, otro favorito. Nadie tuvo en cuenta al joven danés. Pero en un estilo clásico del Campeonato Mundial, Pedersen volvió a mostrar su increíble talento y terminó segundo en el Tour de Flandes en 2018, después de todo.
“El plan del equipo era que yo saliera en las primeras etapas finales y, entonces, Valgren y Fuglsang (compañeros de equipo) vendrían por detrás. Pero, al final, no siguieron a van der Poel y Trentin cuando llegaron a mi grupo. A partir de ese momento, solo se trató de sobrevivir, sobrevivir y sobrevivir, con la esperanza de tener el mejor resultado en el sprint”, explicó Pedersen.
Llegando a la última vuelta, había cinco hombres liderando la carrera: van der Poel, Pedersen, Trentin, Stefan Küng de Suiza y Gianni Moscon, quien le dio cierta ventaja a Italia. Cuando van der Poel sorpresivamente explotó al comienzo del circuito final y Moscon (quien había quedado afuera antes y luchó por regresar al grupo) perdió su lugar en el ascenso, quedaron tres para disputarse las medallas.
Pedersen tenía una medalla asegurada, pero todos creyeron que era Trentin quien ganaría el sprint de tres.
Después de seis horas y media en condiciones atroces, con Pedersen liderando el sprint, Trentin tomó la cabecera y lideró el grupo por el largo de una bicicleta.
Pero fue el joven danés quien tuvo la última palabra.
“Solo esperaba que cuando viera la línea de llegada, desapareciera el dolor y yo pudiera hacer un buen sprint. Son seis horas y media en la bici, así que todos estamos al límite y, en ese sprint, podía pasar cualquier cosa”, dijo Pedersen.
“Tienes que estar concentrado todo el día y permanecer al frente en todo momento. Pero es una de las últimas carreras de la temporada, por lo que todo se trata de mantener ese enfoque durante las seis horas y media, no tener mala suerte y esperar que suceda lo mejor. Llevar este jersey es el sueño de todo ciclista. ¿Y que yo lo tenga ahora? Es increíble.”
Pedersen tuvo altibajos en la primera parte de la temporada 2019, pero su forma y su confianza fueron creciendo en el último mes. Hace una semana, Pedersen finalmente ganó su primera carrera de la temporada, el Grand Prix de Isbergues.
Y en un domingo húmedo, muy húmedo, en Harrogate, ganó la segunda.
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