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- 29 junio, 2022
- Trek
Juntos, llegamos más lejos. Estas mentoras están cambiando el mundo llave en mano
Cambiar el mundo comienza cuando empezamos a pedalear hacia delante y, al igual que con las salidas en grupo, podemos llegar mucho más lejos cuando pedaleamos juntos.
Esto queda demostrado más que nunca cuando vemos el Programa de Desarrollo All In y el equipo de mentores, planificadores y emprendedores que trabajan para construir un futuro mejor para las bicis. Juntos, estos apasionados líderes ponen en marcha un plan para acabar con el racismo sistémico y elevar la diversidad en el ciclismo ofreciendo oportunidades a los jóvenes de las comunidades más desfavorecidas para que aprendan a trabajar con las bicis.
El Programa de Desarrollo All In comenzó con la pasión de Tati Koufopanteli, que tiene una tienda de Trek en el Upper West Side de Manhattan, pero despegó gracias al trabajo duro y la dedicación de un equipo de mecánicos y encargados de la tienda que ofrecen su tiempo para ayudar a elaborar el plan de estudios, dar clases e incluso dar paseos a los estudiantes. A través del programa se ofrece enseñanza a los jóvenes expuestos a riesgos y a los de las comunidades desfavorecidas para que puedan aprender habilidades que se transfieran al lugar de trabajo. Al final del programa, a cada estudiante que se gradúa se le ofrece un puesto de trabajo en una tienda Trek, siempre y cuando esté dispuesto a aceptarlo.
Nos reunimos con Forest Cutrer y Elena Chesnutt, dos mujeres comprometidas artífices del Programa de Desarrollo All In, y que dedican su tiempo libre a enseñar a los adolescentes habilidades que les puedan servir en el trabajo, en la escuela y en la vida.
¿Cómo empezaste a trabajar con las bicicletas y cuál fue tu experiencia antes de unirte a All In?
Forest: Tengo 36 años y tuve mi primera bici de grande cuando tenía 21, hace ya 15 años de eso. Vivía en Tempe, Arizona, el mismo lugar donde me gradué. Poco después de recibir [mi bicicleta] empecé a salir con un grupo de amigos que conocí y que estaban creando una cooperativa de ciclistas. Así que me uní a ellos y me enseñaron todo lo que sabían, posteriormente, en pocos meses, empecé a dar clases a la gente de la comunidad sobre cómo arreglar bicicletas, cómo desmontar bicicletas abandonadas, cómo crear cosas. Hacíamos todo tipo de cosas divertidas, soldábamos cosas, construíamos cosas.
Fui miembro de la junta directiva y ayudé a ponerla en marcha para que fuera mucho más grande, y ahora es un elemento importante e integral de la comunidad. No creo que quede ningún miembro original. El otro año lo comprobé y ahora es enorme, y me parece increíble. En fin, después de eso, me vine a vivir aquí. Estaba muy metida en lo de las bicis, así que empecé a trabajar en una tienda multideportiva del centro. Y ahí fue cuando empecé a cobrar por trabajar con bicis; porque ahí había una pequeña tienda de bicis. Estuve encargada del departamento de bicicletas durante unos seis años.
Elena: Hace poco más de dos años que me dedico a las bicis. Vengo del mundo de la cocina, trabajé en restaurantes durante unos 10 años antes de trabajar en Trek… Me encantaba andar en bicicleta. Bueno, todavía lo hago, pero para ese entonces era una especie de pasatiempo, y luego convertí mi pasatiempo en mi trabajo, y es maravilloso. Me contrataron como ensambladora cuando empezó la pandemia porque necesitaba un trabajo y esta era una de las únicas industrias que estaban contratando en ese momento. Y luego ascendí a gerente de servicio, lo que es fantástico.
¿Por qué decidieron participar en el Programa de Desarrollo All In?
Forest: La verdad es que fue porque sentíamos que debíamos hacer algo. Recuerdo el verano de 2020 en Nueva York. Estaban pasando muchas cosas a la vez. Fue en pleno apogeo de las protestas y demás. Circulaban comentarios como: “Oye, hay que hacer algo. Estamos trabajando en una de las mayores empresas de bicicletas del país, si no del mundo, hagamos algo”.
La mayoría de nosotros aprendimos de otras personas que nos enseñaron a trabajar con las bicis… eso amplió nuestras oportunidades. Me gustaría poder atribuirme más méritos, pero la verdad es que una parte importante de la creación de All In fue la gerente de la tienda de la calle 96, Tati, que un día nos llamó para decirnos: “Esto es horrible. Hagamos algo. Enseñemos a los chicos de la ciudad, que de otro modo no tendrían ninguna perspectiva de trabajo en este momento, cómo trabajar en un campo técnico que es bastante estable, y enseñémosles cómo hacerlo y solucionémoslo”.
Así que hubo algunas reuniones. Nos llevó un tiempo ponerlo en marcha, pero creo que nos dimos cuenta de que si juntábamos nuestras cabezas a nivel local y elaborábamos un plan podríamos presentarlo [a Trek]. Tati hizo un montón de trabajo de campo, pero definitivamente fue un gran trabajo de equipo para poder empezar. Nos cansamos de no hacer nada, así que empezamos a hacer cosas para ayudar a los niños.
Elena: Cuando me ascendieron al puesto de gerente de servicio y me metí a las convocatorias que tenemos quincenalmente, recuerdo que Forest mencionó que esto estaba ocurriendo y yo dije: “Ni siquiera he oído hablar de esto. ¿De qué hablan? ¡Yo quiero participar!” Así que dije: “Sí, claro. Me apunto”.
Creo que está relacionado con todo el movimiento Black Lives Matter, que es algo muy importante aquí en Nueva York. Considero que somos una comunidad muy diversa aquí, sobre todo por la gente que trabaja en nuestras tiendas, y considero que tratar de ayudar a la comunidad que nos rodea que, de otro modo, no tendría la oportunidad, es increíble. Pensé: “Me encantaría ser parte de eso”.
¿Pueden decirnos cuál es la estructura del curso?
Forest: En total son nueve semanas junto con una semana de descanso… Son ocho semanas de clases. En 2021, la primera vez que lo hicimos, Andrew Tablante, de nuestra sede de Cobble Hill, elaboró una especie de plan de estudios aproximado, paralelo al plan de estudios de la escuela de ensamblado que, creo, que Chris Lynch había desarrollado. Creo que era una revisión que había sacado, y Tablante dijo: “Sí, esto es. Esto funciona”. Entonces nos centramos en eso porque el objetivo era lograr que los estudiantes se convirtieran en ensambladores. Pero ya sabes, tuvimos que resolver algunos problemas.
Para la siguiente vez, elaboré un plan de estudios porque luego nos dimos cuenta de que uno de los estudiantes que vino a mi tienda, Matt(Hew) Chung, era ensamblador, luego fue técnico in situ y después se convirtió en asesor de servicio. Y pensamos: “Oh, el potencial de esto es mucho mayor. Debemos aspirar a algo más con lo que les enseñamos, en lugar de subestimarlo. Tal vez si tenemos un programa más prolongado podemos aprovechar ese tiempo para transmitir más conocimientos a estos estudiantes”.
Así pues, el plan de estudios que elaboré está mucho más estructurado porque ahora tenemos clases dos días a la semana en lugar de uno solo. Por lo tanto, lo dividimos y teníamos un montón de temas que quería que revisáramos. Se basó ligeramente en el plan de estudios que solía enseñar en la cooperativa de Arizona, combinado con la Universidad Trek y algunos de los planes de estudios de la escuela de ensamblaje, además de solucionar algunos de esos problemas.
Actualmente estoy trabajando en un plan de estudios más riguroso para el próximo año, de manera que cada vez seamos más exigentes. El objetivo es que podamos planear actividades y repartir material cada 15, 20 o 30 minutos, como cuando eres profesor en un colegio. Asegurarse de haber planificado ciertas actividades y materiales que hay que repasar y que los niños deben retener. Supongo que lo pienso desde la misma perspectiva. Creía que iba a ser profesora durante un año en la universidad, así que quizá esta sea mi oportunidad.
De todo lo que enseñan en el curso, ¿qué creen que es lo que más diferencia a los estudiantes que aprenden de ustedes?
Forest: Lo que más noté fue que los estudiantes aprendieron a tener confianza en sí mismos para hacer algo, a ponerse en una situación en la que no saben en qué se están metiendo y a frustrarse y, aun así, resolverlo. Cuando se atascan en algo, como un desviador delantero o algo así, porque todo el mundo los odia, y llegan casi al punto de sentirse realmente frustrados. Había un chico en mi clase, era muy inteligente, pero se frustraba mucho cuando algo no salía como él quería y decía: “Bien, no, vamos a calmarnos. Vamos a pensar y a empezar de nuevo. Voy a analizarlo paso a paso”, y entonces lo hacía y lo solucionaba.
Y todos los estudiantes de mi clase han tenido ese momento. Es como si se les encendieran los focos en la cabeza cada vez que lo hacen. Es increíble. Cuando aprendí a arreglar bicicletas así, fue muy importante para mí, y eso cambió mi forma de ver el mundo y estoy más dispuesta a meterme en situaciones en las que no sé lo bien que voy a hacerlo, pero sabes que puedes resolverlo. Así que no es algo específico de la bicicleta, pero creo que estas son un buen vehículo para ello.
¿Cuáles creen que son los mayores retos a los que se enfrentan los estudiantes al entrar en el programa?
Forest: Por lo que he visto, es solo el tiempo que hay que dedicar, es uno o dos compromisos más con los que tienen que lidiar además de la escuela, además de cualquier deporte, además de cualquier actividad musical, las actividades extracurriculares que tienen. En la primera ronda de 2021, teníamos muchos más jóvenes en situación de riesgo que vivían mucho más lejos de la ciudad, y aunque quizás no tenían tantas actividades extracurriculares para ellos, seguía siendo una cuestión de tiempo porque tenían que cuidar de sus hermanos. Debían alejarse de los problemas; Debían aprender muchas cosas por su cuenta. Y parte de eso, también es saber cómo llegar a los lugares a los que hay que ir y motivarse a sí mismo. Como alguien que fue considerada una joven problemática, sé que es muy difícil tener esa automotivación para decir: “De acuerdo, debo hacer esto. Puede que no quiera hacerlo. Puede que no sea siempre muy divertido, pero debo hacerlo”, y seguir adelante.
¿Han tenido algún momento destacado o han aprendido algo del programa?
Elena: Me tocó entregar las bicicletas con Tati a finales del año pasado, algo que fue muy divertido. Fue un día largo, pero muy, muy divertido. Conducir por Queens y entregarlos, los niños estaban muy contentos y emocionados, fue realmente genial. Este año me tocó entregarle un [a un estudiante] porque no pudo ir a la graduación y estaba muy emocionado. Fue en su cumpleaños; fue asombroso. Creo que la mejor parte es la emoción de los niños por las bicicletas.
Forest: Creo que mi respuesta es pasar los primeros 20 minutos hablando con ellos sobre lo que hacen. Me hace sentirme como si fuera la tía en onda. Algo así como:
“¿Qué hiciste esta semana?”
“Oh, nada”.
“¿Nada? ¿Solo te quedaste sentado en tu cama viendo el techo?”
Y ellos responden: “Bueno, en realidad hice esto y aquello”.
Y es acostumbrarlos a compartir con los adultos y a hablar con ellos. Eso de verdad me gusta.
¿Qué dirección esperan que tome el programa a partir de ahora?
Forest: Todas las direcciones.
Elena: Sí, todas las ciudades lo necesitan.
Forest: Espero que pueda estar en los 50 estados en todas las ciudades importantes. Es un gran sueño. Pero la idea es hacer que sea replicable y fácil de transferir y, con suerte, en cinco o diez años, sea algo así como “Sí, eso es lo que hacemos”, como si tuviéramos nuestras tiendas en cualquier ciudad y esto sea solo parte de la responsabilidad de tener esas tiendas.
Aparte de unirse a All In, ¿hay algo que crean que todas las tiendas deberían hacer para elevar la inclusividad en el mundo de las bicicletas?
Forest: La inclusión en las tiendas de bicicletas, creo, es algo que ha sido una lucha desde siempre. Es un lugar realmente dominado por los hombres, y también es un lugar dominado por los hombres blancos, por lo que romper ese molde va a requerir mucho esfuerzo. Creo que a nivel de tienda, aparte de los cambios de sedes que se han dado y seguirán dándose, las tiendas deben contratar a personas que se parezcan a la gente de la comunidad, y centrarse en tener una plantilla más diversa hacia el exterior.
En la tienda de Upper West 96th, es como una mezcla de gominolas en cuanto al personal que trabaja allí. Todos venimos de lugares distintos. Todos procedemos de entornos diferentes. Todos tenemos un aspecto diferente y, además, vivimos en un vecindario muy diverso; por eso, cuando un cliente entra, me he dado cuenta de que se inclina por la persona con la que se siente a gusto en ese momento. Y eso está muy bien porque creo que si no tuviéramos a ese miembro del personal en particular en el equipo, esa persona podría no haber interactuado. Esa persona podría no haber aprendido lo que sea que haya aprendido ese día… Es beneficioso en todos los niveles. Mejora el conocimiento general de las bicicletas de la comunidad… nos permite hacer más con lo que tenemos.
Elena: Sí, es muy sencillo, pero creo que tratar a todo el mundo por igual, sin importar su aspecto, marca una gran diferencia. Dar el mismo respeto a todo el mundo, tanto si compran una bici de $10,000 como si tienen una de $200, es muy importante. Además, creo que organizar más eventos en la tienda para diferentes tipos de personas de la comunidad puede ayudar a que diferentes personas se sientan más incluidas y bienvenidas en el espacio.
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