Las cadenas chirriantes y ruidosas y las marcas en los platos son dos señales de que la cadena de tu bicicleta puede necesitar un poco de cariño. Además de un andar más suave y silencioso, mantener la cadena de tu bicicleta limpia y lubricada es una de las mejores formas de extender la vida útil de la transmisión y mantener tu bicicleta cambiando de marcha sin problemas. Además, es una tarea fácil que podés hacer desde casa. Mirá este video para aprender cómo.
Instrucciones paso a paso
Antes de empezar, esta es la advertencia oficial de que limpiar la cadena es un trabajo sucio. Así que sacate el esmoquin, ponete unos guantes y empecemos.
1. Desengrasá tu cadena. Si tenés una herramienta de limpieza de cadenas, llenala con el desengrasante específico para bicicletas y colocá la herramienta alrededor de la cadena de acuerdo con las instrucciones. Luego, usá tu mano libre para dar marcha atrás. Los cepillos del limpiador de cadenas limpiarán todos los rincones y grietas mientras acumula el desengrasante en su depósito.
2. Si no tenés una herramienta especial, usá un cepillo para desengrasar la cadena. Un cepillo de dientes o de uñas sirve perfectamente. Simplemente agregá un poco de desengrasante al cepillo, sostenelo en la parte superior de la cadena y acelerá. Repetí este paso con la parte inferior de la cadena, siempre cepillando la sección de la cadena debajo de la transmisión.
3. Frotá la cadena con agua jabonosa y un enjuague para limpiar el exceso de desengrasante.
4. Elegí el lubricante. Usá lubricante húmedo si andás en condiciones húmedas o con mucho barro y lubricante seco si pedaleas en condiciones secas.
5. Lubricá tu cadena. Colocá con cuidado una pequeña gota de lubricante en la parte superior de cada rodillo de la cadena. Asegurate de apuntar el lubricante directamente a tus rodillos. Poner lubricante en el exterior de la cadena simplemente va a hacer que agarre más mugre.
6. Limpiá cualquier exceso de lubricante, ¡y está pronto!
Ahora que estás en la hermandad del arte del mantenimiento de cadenas, asegurate de prestar atención a los crujidos y chirridos. Estos podrían ser signos de que la cadena necesita un poco de amor. Y si pedaleás con regularidad, recordá limpiar y lubricar la cadena al menos una vez al mes. Si te gusta explorar todo terreno y ensuciar tu bicicleta, debes limpiarla más seguido todavía. ¡Feliz salida!
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