Tenemos un dicho acá en Trek que dice: “Los frenos solo sirven para hacerte más lento, pero dejando las bromas a un lado, probablemente sean el componente más importante de nuestras bicis.”
El frenado adecuado nos ayuda a tomar las curvas con compostura, evitar obstáculos y detenernos en un abrir y cerrar de ojos cuando encontramos peligros en el camino. Sin embargo, hay más en el frenado que solo apretar la palanca, y para conocer el consejo experto trajimos a Christina Chappetta @Cchappetta1 de Pinkbike para entender todo sobre el frenado.
La configuración correcta
La configuración de los frenos puede ser un tema bastante polémico, a menudo discutido con base en las regiones de todo el mundo. Te ayudaremos a descifrar lo que pueden ofrecer las diferentes configuraciones y definir lo que es adecuado para ti.
1. Orientación del freno
¿Debe ser atrás a la derecha? Bueno, todo depende.
En la mayoría de los países que manejan por el lado derecho de la ruta, vas a encontrar que la palanca de freno derecho acciona el freno trasero, sin embargo, en muchos países donde los vehículos conducen por el lado izquierdo de la carretera, los ciclistas accionan el freno trasero a través de la palanca izquierda (también conocido como “estilo moto”). En todo el planeta se debate sobre qué orientación es la correcta, pero al final del día debes frenar como te resulte más cómodo. ¿Tenés una razón sólida por la que los ciclistas deberían frenar en un sentido? ¡Decinos en los comentarios!
2. ¿Plana o profunda?
Las muñecas son más fuertes cuando tienen una ligera flexión, lo que les permite moverse con facilidad y mantener el control de tu bici. Esto significa que si paseas principalmente en terrenos empinados, tu palanca de freno debe quedar más plana en la barra, para que puedas alcanzar la palanca mientras tu muñeca se apoya más atrás en tu agarre. En cambio, una posición de palanca más pronunciada mantendrá tus muñecas más adelante en tu agarre, lo que minimiza la flexión y tiene beneficios en el manejo pesado. Jugá con tu configuración y encontrá lo que te parezca adecuado.
Para encontrar el ángulo correcto, sentate en tu bici en una posición cómoda con la muñeca casi recta, permitiendo una ligera flexión natural, y ajustá los frenos para que tu dedo índice descanse cómodamente en la palanca. Tené en cuenta que podés ajustar esta posición varias veces al año, dependiendo de qué tanto esfuerzo con los brazos estés haciendo, la frecuencia con la que salgas y cómo cambies tu estilo de rodar durante cada temporada.
3. Separación
La mayoría de las bicis vienen de fábrica con las palancas de freno apretadas contra los puños, sin embargo, cuando pedaleás, lo más beneficioso es tener el dedo índice apoyado en la palanca de freno, lo que permite que los dedos restantes se mantengan en contacto con los puños y tengas un mejor control de la bici. Para lograr esto, debés mover las palancas de freno lejos de tus puños para que tu palanca cubra lo suficiente del puño para permitir que tu dedo índice lo alcance cómodamente mientras evitás el contacto con tus otros dedos cuando apretás completamente la palanca. Asegurate de que la palanca despeje tus dedos medio y anular cuando esté completamente apretada para ayudar a prevenir cortes accidentales causados por la palanca de freno en un accidente.
4. Punto de contacto
La mayoría de las palancas de freno modernas tienen una forma de gancho que es perfecta para apoyar el dedo índice mientras pedaleás. Para que tus dedos se sientan cómodamente, debés ajustar el alcance de la palanca para que tu dedo índice se sienta relajado cuando descansa sobre el extremo y no se estire demasiado para accionar los frenos. Ajustá el alcance de tu palanca para encontrar el punto óptimo donde tengas suficiente sujeción sin estirarte.
¿Y qué es la modulación del freno?
Es probable que hayas escuchado este término alguna vez, en la tienda de bicicletas y en artículos de tecnología. ¿Pero qué es en realidad la modulación del freno? En pocas palabras, la modulación del freno es la medida en que apretás la palanca de freno. En un extremo del espectro, tienes cero tirón en la palanca, toneladas de tracción y tu rueda gira libremente. En el otro extremo, los frenos están completamente bloqueados, la rueda no gira y no tiene tracción en absoluto.
Aprender cuándo apretar totalmente el freno o cuándo aplicar presión ligeramente en la palanca para detenerte sin derrapar es esencial. Tenemos un ejercicio para ayudarte a ajustar tu modulación, perfecto para los días en los que no tenés tiempo para una gran salida o cuando estás esperando que tu amigo llegue a la pista. Todo lo que necesitás es un camino con una pendiente suave, una colina de pasto o una pista de doble vía y una selección de palos de buen tamaño para usar como marcadores.
Elegí tu marca
Pedaleá hasta la parte superior de la pendiente y dejá caer un palo para marcar dónde comenzarás a rodar en cada vuelta, después rodá hasta la parte inferior de la pendiente y soltá un segundo palo para marcar dónde aplicarás los frenos en la parte inferior. Asegurate de tener suficiente espacio para conseguir una buena velocidad.
Vuelta 1
Empezá en la cima de la colina y dirigite a tu segundo palo, aplicando ambos frenos para detenerte lo más rápido que puedas tan pronto como llegues allí. Dejá caer un palo para marcar dónde te detuviste.
Vuelta 2
Regresá a la cima del repecho y repetí los pasos anteriores, excepto que esta vez aplica solo el freno trasero lo más fuerte que puedas para derrapar. Observá la diferencia y marcá qué tan lejos llegaste.
Vuelta 3
Repetí la vuelta dos, excepto que esta vez modula el freno trasero para evitar derrapes. Dejá caer un palo para marcar dónde frenaste. Lo que debés ver es que al aplicar el freno trasero gradualmente, podés detenerte más rápido que cuando lo apretás de lleno. Si no es así, volvé al principio y repetí de nuevo.
Vuelta 4
Ahora que tuviste algunas rondas con el freno trasero, es hora de amigarse con el freno delantero. Repetí el ejercicio unas cuantas veces, agarrando solo el freno delantero y marcando dónde te detenés. Deberías notar que estás comenzando a detenerte más rápido que con solo el freno trasero.
La razón por la que frenás más rápido usando solo el freno delantero es debido a la física. Cuando la fuerza de frenado (tu rotor delantero y la mordaza de freno) está frente a la masa (tu cuerpo y tu bici), el peso se mueve hacia el freno delantero y crea una fuerza de frenado mayor que cuando la fuerza de frenado se arrastra desde detrás del peso.
Vuelta final
Volvé para arriba y repetí el ejercicio de nuevo modulando ambos frenos en la parte inferior sin derrapar. Durante el ejercicio, debés ver una mejora en la rapidez con la que te detenés, y aprender a controlar mejor tus frenos.
Ahora que tenés el conocimiento y la práctica, llevá tus habilidades a la pista y probá cómo una mejor frenada mejora tu manejo en general.
¿Tenés otros consejos? ¡Decinos en los comentarios a continuación!
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